Salmo 70 (69): Dios mío, ven en mi auxilio



Dios mío, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.
Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte;

vuelvan la espalda afrentados
los que traman mi daño;
que se retiren avergonzados
los que se ríen de mí.

Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
y digan siempre: «Dios es grande»,
los que desean tu salvación.

Yo soy pobre y desgraciado:
Dios mío, socórreme,
que tú eres mi auxilio y mi liberación.
¡Señor, no tardes!


Salmo 70 Ardiente Petición de Socorro



Este es un breve Salmo de David, que contiene un clamor urgente por liberación. Su contenido puede encontrarse en los últimos cinco versículos del Salmo 40. Un crítico dijo que era un fragmento insertado aquí accidentalmente. Y estaríamos de acuerdo con el crítico; pero quitando la palabra "accidentalmente". Se le llama un Salmo para el recuerdo Ahora, ¿por qué ha sido repetido aquí dicho fragmento? Porque nuestra memoria no es muy buena, y Dios lo sabía. De modo que, aquí tenemos algunas cosas para recordar. Leamos el primer versículo de este Salmo 70:

"Acude, Dios, a librarme; apresúrate, Dios, a socorrerme".

Aquí tenemos el clamor por ayuda inmediata. Y el versículo 5 dice:

"Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. 
Ayuda mía y mi libertador eres tú; ¡Señor, no te detengas!"

Muchos de nosotros caemos en esta categoría de afligidos y necesitados y EL quiere que sepamos que es nuestro auxiliador. Él está de parte de aquellos que se encuentran en esta condición. Y ahora llegamos al
Este salmo es idéntico, con ligeras variantes, al 40:14-18. Se ha cambiado el nombre de Yahvé en Elohim, conforme al criterio de la colección "elohística" del Salterio. Para el sentido general del salmo véase la introducción al 40:14-18.

1 Al maestro del coro. De David. Para memoria. 2 Ven, ¡oh Dios! a librarme; apresúrate, ¡oh Yahvé! a socorrerme. 3 Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida, puestos en huida y cubiertos de ignominia los que se alegran de mi mal. 4 Vuelvan avergonzados la espalda los que gritan: ¡Ea! ¡Ea! 5 Alégrense y regocíjense en ti cuantos te buscan, y sin cesar repitan: "Sea Dios engrandecido," los que aman tu salvación. 6 Yo soy un pobre menesteroso. Apresúrate, ¡oh Dios! a prestarme auxilio; tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡oh Yahvé! no tardes.

El salmista se siente angustiado y pide a Dios le preste ayuda para confundir a los que se alegran de su mal y para que se alegren los justos que le buscan, pues con su liberación verán cumplidas las promesas de protección a los que son fieles a Dios. Es el tema general de los salmos deprecatorios.



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